Para la mayoría de las personas, el intercambio de tarjetas es un ritual social que se ha convertido
en parte integral del proceso de creación de redes. Para algunos, también es una declaración personal,
una forma de impresionar a los nuevos contactos. Para algunos, es un símbolo de estatus: si no tienes
una tarjeta, no tienes un trabajo real. Sin embargo, con la llegada de la libreta de direcciones
digital, el intercambio de información pasó del apretón de manos al disco duro.
Para que un nuevo material se adopte a gran escala, tiene que reemplazar los beneficios del producto
que intenta reemplazar. El rápido cambio del intercambio físico al digital muestra que las personas
reconocen las ventajas de la tarjeta de presentación en línea sobre su contraparte física. Hay tantas
ventajas asociadas con las tarjetas de presentación virtuales que atraen a muchas personas a
digitalizarse.